El mismo olor a alcohol a uno lo enferma de inmediato, al menos a mi sí. Caminaba junto a mi hermana disimulando el miedo y algo de vergüenza, perdón, pero eso era lo que sentía, algo de vergüenza de entrar a la oficina de TARGA, no sé si este sentimiento es común en todos, pero a mi me perseguía muy seguido, hasta algo paranoico me había vuelto, presentía que todos me miraban, que todos me siguen con la mirada y murmuran de mi .
Llegamos y de inmediato me llevaron al laboratorio para que me saquen la sangre que sirva de muestra para mi examen, donde puedan medir mis CD4, y ver la cantidad, aunque solo nos sirva de referencia, total ya había entrado al tratamiento, así que poco daba si salían alto o baja cantidad.
Después de eso me hicieron resolver un cuestionario, preguntas de cómo me había contagiado, si podría dar un aproximado de cuánto tiempo ya llevo la infección, si tengo pareja sexual, y si soy homosexual, y entre otras preguntas muy intimidantes, pero hay que responderlas si uno tiene pensado en llevar el tratamiento, todo eso para que monitoreen nuestro avance, y como va nuestra salud.
no mentí en casi ninguna de las preguntas, dije que soy homosexual, que no tengo pareja y que no sé exactamente cuándo es que me había contagiado.
Estas visitas al hospital nunca me han gustado, desde niño hacía pataletas para no ir a pasar consulta, pero por lo visto, no, por lo visto no, ahora es más que seguro que tendré que acostumbrarme porque ésto será muy seguido.