miércoles, 5 de julio de 2017

C D 4

 La primera vez que le presté importancia a las células CD4, fue a los 17 años cuando me diagnosticaron el VIH. Desde entonces y hasta hora, periódicamente me lo hacen un conteo cada seis meses, o sea, dos veces al año, y gracias a Dios estoy bien.
En un par de meses cumplo los 28 años de haber nacido, y 11 años de haber sido diagnosticado. Sin darme cuenta - y con varias luchas - me voy haciendo viejo, fuerte, astuto, y un poco sabiondo sobre cómo afrontar este mal.
 
la que más se alegra al ver los numeritos o la cantidad de CD4 cada seis meses en mis resultados, es mi madre, aunque ella al igual que muchos no saben exactamente lo que significa "CD4", para ella el sólo hecho de que yo vaya en mil de CD4, es una bendición y saber eso, es más que suficiente.

Pero, qué es CD4? son células encargadas de la defensa de nuestro organismo. Son una parte importante del sistema inmune.Hay dos tipos principales de células CD4. Las células T-4 o CD4 son las células “ayudantes,” las que dirigen el ataque contra las infecciones. Las células T-8 o CD8 son las células “supresoras,” las que finalizan una respuesta inmunológica. Las células CD8 también pueden ser “asesinas,” que matan a células cancerosas y a células infectadas por virus.
 
Las infecciones pueden tener gran impacto en el recuento de células CD4. Cuando nuestro cuerpo combate infecciones, el número de glóbulos blancos (linfocitos) aumenta. El recuento de CD4 también aumenta. El VIH infecta a menudo las células CD4. El código genético del virus se incorpora en las células.

Cuando alguien está infectado con el VIH pero no ha empezado el tratamiento y tiene muchos años viviendo con el virus sin hacer nada para combatirlo, ya sea tomando los retrovirales o llevando una vida sana o ambas cosas a la vez, el número de células CD4 disminuye. Este es un signo de que el sistema inmune se ha debilitado y cuando uno es portador, lo menos que nos debe pasar o lo menos que debemos hacer es que nuestras defensas bajen. Cuanto más bajo sea el recuento de células CD4, MÁS posibilidades hay que nos enfermemos o adquiramos alguna infección oportunista.
El recuento de células CD4 es una medida clave para determinar la salud del sistema inmune. Cuanto más daño haya hecho el VIH, más bajo será el recuento de estas células. Entonces, se considera con SIDA a cualquier persona que tenga menos de 200 células CD4.

El recuento de células CD4 también se usa para determinar cuándo iniciar tratamiento con medicamentos.

En general, es recomendable empezar a tomar la terapia antirretroviral si el recuento de CD4 baja a 350. Los pacientes que inician el tratamiento cuando su recuento de CD4 ronda las 350 células tienen más probabilidades de que su sistema inmunitario se recupere hasta alcanzar los niveles normales.
Comenzar el tratamiento cuando el recuento de células CD4 está en torno a 350 también significa que es muy poco probable que enfermes a causa del VIH. Asimismo, se ha comprobado que reduce el riesgo de que se produzcan otras enfermedades graves en el corazón, el riñón o el hígado, así como algunos tipos de cáncer.
Por tanto, es probable que tu médico empiece a hablar contigo acerca del tratamiento en esta etapa.
Si tu recuento de células CD4 es igual o inferior a 200, deberías valorar seriamente la posibilidad de comenzar el tratamiento, ya que corres el riesgo de desarrollar algunas enfermedades graves.

Con una terapia anti-retroviral (TAR) exitosa, el conteo de CD4 aumenta. A veces las CD4 suben rápidamente. Otras veces aumentan lentamente. Si el conteo de CD4 está muy bajo cuando empieza a tomar el TAR, es posible que el conteo de CD4 no se recupere a niveles normales. Además, si el conteo de CD4 cae mientras toma el TAR, esto puede indicar que debe cambiar sus medicamentos.
Los recuentos de CD4 más altos son mejores. Sin embargo, un recuento de CD4 normal no garantiza un sistema inmunológico normal.
No volver a reinfectarse, tener sexo seguro, con protección, llevar una vida sana, con una adecuada alimentación y algo o mucho ejercicio podemos ayudar a subir nuestro CD4.
 

martes, 14 de marzo de 2017

que difícil es encontrar el amor en estas condiciones...
la gente mira y juzga. la gente señala y se aleja.


domingo, 14 de junio de 2015

YO LE DIGO QUE SI

no se cuando descubrí que la vida no es tan fácil, lo único que puedo decir es que todos los días es una lucha nueva por sobrevivir. todas las mañanas le doy gracias, miles de gracias a Dios, por que aun me deja estar acá en esta tierra, viviendo sano, mostrándome fuerte y saludable, por cuánto tiempo más, no lo sé. 

hace unos días atrás hablabamos con mis amigos sobre el tema del VIH, y uno de ellos, de mis amigo -que no es cero positivo y que tampoco sabe mi diagnostico- dijo algo muy curioso. "si se llegara encontrar la cura del VIH/SIDA aumentaria la promiscuidad", esa idea me causo inquietud y malestar, incomodidad, porque es dificil entender a alguien que no apoye la idea de encontrar la cura de este mal; como las ideas se respetan, respete civilizadamente su posicion, sin embargo, es necesario saber el porque de su idea, a lo que el justifico diciendo "si digo que no es una buena idea encontrar la cura del VIH, no es porque sea mala persona, o un ser despiadado, si no, porque la promiscuidad y el pecado de fornicacion sumaria cada dia, ya que si hoy me contagio del VIH, mas tarde me pongo la inyeccion o me tomo la medicina que me cura y ya, no paso nada, osea que puedo tener sexo cuando quiera, con cualquiera, y no lo digo por mi, si no, por esos gays promiscuos que quieren sexo a cada rato y que son capaces de hacerlo hasta con el fumon de la esquina que por unas monedas lo hace donde sea."

quizas mi amigo tenga razon, o quizas no. lo que yo sí deseo con todo mi corazon y mis fuerzas es que sí se logre encontrar la cura de este terrible mal, no solo por mi, si no por esas madres que son contagiadas en sus porpia cama por sus malos esposos, maridos que por la calentura se acuestan sin remordimiento con otra persona, tambien por esos jovenes que se entregan enamorados ante la persona que desean tener a su lado por toda la vida pero que no saben que vida tenia antes de que llegue a su corazon, por esos niños que no tienen la culpa de nada y nacen con el virus, que termiran yendose por culpa de las enfermedades oportunistas.

yo si deseo que se encuentre la cura. que la vida nos de una segunda oportunidad.

domingo, 2 de noviembre de 2014

el VIH es un motivo para vivir

hace algún tiempo, algo de 8 años mas o menos, decidí hacerle batalla a una de las enfermedades mas terribles que puede adquirir el ser humano. y no es terrible solo por la forma de como se presenta el proceso de la enfermedad sino de como uno inicia ese recorrido hacia el final. cuando me entere de mi diagnostico solo tenia dos únicas opciones, la primera permitir que la depresión me consuma y de a poco dejarme ir, y seguir con la misma vida y no cambiar nada, solo creer que voy a morir sin que me importara  mi futuro. esa primera opción sin duda es dejarse morir. y tenia otra opción, una segunda, algo positivo, cargar a mi diagnostico en hombros y hacerle frente y luchar por mis ideales. 


mientras el medico me hablaba yo quería salir corriendo, huir de mi destino, borrar mi pasado o nunca haberme hecho el examen, pero no corrí, me quede sentado escuchando las palabras del doctor que por más suave que era el tono de su voz, cada palabra que decía dolía, dolía al alma.

Desde entonces mi vida cambio. Todas las cosas comenzaron a tener sentido, las mañanas, los días, mi familia, mis amigos, casi todo tenía sentido, menos mi vida. Me sentía solo, sin nadie, sin ayuda, sin un soporte que esté a mi lado. Solo pensaba en que iba a morir, en que el resto de los días de mi vida solo sería infeliz y burlado por los demás que no solo iba a dolor el ser gay, eso no sería tan doloroso ni me daría mucha vergüenza de admitirlo, es que nada duele más, en esta sociedad, que el ser VIH positivo   . 
Desde ese día ya no podría ser yo mismo. Por las noches siempre terminaba imaginando como seria mis últimos días, me veía como en las noticias, como esas personas cadavéricas hablando apenas arrepintiéndose por sus malos comportamientos quejándose de sus heridas y de sus mala suerte. Es que a mis dieciocho años estaba empezando a vivir, a conocer la vida, a querer enamorarme, a volverme caprichoso, malcriado y rebelde, a salir a fiestas, a conocer amigos, a fumar, a tomar cerveza y vodka y sobre todo estaba iniciando a estudiar una carrera en la universidad donde aprendía todo lo antes mencionado. Pero de la nada un resultado nublo toda mi vida.  Y entonces sentí que el mundo que tenía a mis pies se venía encima de mí y mi pequeño mundo se destrozó.

Pero había que seguir, mis padres y mis hermanos me enseñaron con hechos, con actos, que si sufría una caída había que levantarse y continuar,  levantar la frente y nunca darse por vencido que el único autorizado en quitarnos la vida, es Dios, no nosotros. Así que como todo un caballero, asumí mi primera derrota y emprendí mi siguiente lucha. Hay que vivir me dije, tengo muchas más razones para hacerlo, mi juventud fue una de las razones más importantes para seguir, estaba comenzando a vivir y no hubiese sido justo privarme de las oportunidades de la vida, de sus emociones, de sus alegrías y de esas tristezas que nos fortalecen. Así que prometí demostrarme lo fuerte que soy, sabía que no iba a ser fácil, me iba a costar muchas lágrimas, muchas penas, muchos fracasos. Pero acá sigo haciéndole frente al enemigo, viviendo por la razón más importante, no dejarme vencer y menos ahora que tengo la suficiente fuerza para luchar. 


por eso cada mañaname me siento muy afortunado al darme cuenta que estoy bien,"sano" que aun tengo muchas fuerzas para seguir agradeciendo a Dios y a mi familia, a ellos por darme esa fuerza extra que me dan para seguir luchando, batallando contra mis defectos y esos demonios, que a uno le es aveces difícil de controlar.

el VIH para mi es un buen motivo para seguir viviendo.

jueves, 15 de julio de 2010

MORIRAS MAÑANA

–Lamento decirle que en el mejor de los casos le quedan seis meses de vida.

Eso es lo que acaba de decirme el médico, mirándome imperturbable, como si yo fuera una rata o un ratón.

—No hay nada que podamos hacer.

Eso es lo que ha añadido, mirándome con disimulada repugnancia, como si yo fuera una araña o un alacrán.

—La enfermedad está muy avanzada y ya no es posible operarlo.

Eso es lo que ha sentenciado el hijo de puta, mirándome con alivio, tal vez incluso con alegría, exonerándose de la responsabilidad de curarme, anunciando mi muerte inminente como si la hubiera deseado toda su vida, como si yo fuera esa cucaracha que no alcanzó a pisar una noche en la cocina y se le escapó, sigilosa.

Bien, voy a morir. No podemos decir que se trate de una primicia. Lo sabía desde niño. Solo que ahora sé que voy a morir en pocos meses, si puedo confiar en la palabra de este médico pusilánime, y todos me han dicho que debo confiar.

No me sorprende ni me indigna ni me entristece que el médico me mire como si yo fuera una rata o un ratón o una araña o un alacrán o la cucaracha que no pudo pisar esa noche en la cocina. No me sorprende porque siempre he creído que los médicos en general, salvo algunas excepciones que no conozco, son unos cabrones hijos de mil putas que solo quieren esquilmarnos y luego vernos morir cuando ya no nos queda un céntimo más.Lo que el médico no sabe es que me ha dado una buena noticia.

Hace ya tiempo que me aburrí de ser yo mismo y que deseo descansar de esa condena abrumadora. Estoy cansando de llamarme como me llamo, de llevar la cara que llevo, de repetir las tediosas ceremonias domésticas que, sumadas, configuran los días, confirman el paso del tiempo y me recuerdan que todavía estoy vivo, pero no por mucho tiempo más.

Me llamo Javier Garcés y por supuesto yo no elegí llamarme así, lo eligieron mis padres (que por suerte ya no están vivos, y a los que preferiría no ver si hay una vida después de esta vida), y soy una rata, un ratón, una araña, un alacrán y una cucaracha, y por supuesto yo sí elegí ser todo eso, un sujeto miserable, rastrero, abyecto, vil, una bola de caca.

Curiosamente, ahora que sé que voy a morir, ahora que sé que me quedan cien días o poco más y que nadie llorará mi muerte y que unos cuantos de mis más pertinaces enemigos se alegrarán con la noticia de que, sin merecerlo, me han sobrevivido y de ese modo han obtenido una última y despreciable victoria sobre mí, ahora que sé todo esto y que miro atrás y pienso en lo que debo hacer con mi vida para encontrar la manera más digna de morir, una idea asalta mi mente y adquiere los contornos de una obsesión: me importa un carajo ser un hombre de éxito, nada de lo que he conseguido tiene valor ni perdurará, lo único que me interesa en adelante es vengarme de mis enemigos.

Bien, he de morir, he de morir pronto. Pero no moriré como una buena persona porque nunca lo he sido y no sabría simularlo en esta última parte de la carrera. Moriré como lo que soy, como una rata, como un alacrán, como una tarántula, como una cucaracha. Moriré concediéndome la dicha más acabada que puedo imaginar: matar a esos cinco hijos de puta que hicieron todo lo posible por joderme la vida y que no merecen seguir viviendo cuando yo ya no esté. No puedo evitar mi muerte, pero puedo evitar que ellos asistan a mi muerte; puedo evitar que ellos sonrían, pérfidos, mediocres, canallas, cuando se enteren de que he muerto. No sonreirán porque estarán muertos. Yo me ocuparé de que esos cinco hijos de puta mueran antes de que me toque morir. Seré yo quien sonría al verlos morir y no ellos quienes lo hagan desayunándose con la noticia de mi desaparición definitiva.

Veámoslo, entonces, con moderado optimismo: el médico me ha dado la mala noticia de que me quedan seis meses de vida o menos, pero al mismo tiempo, y sin quererlo, me ha permitido descubrir una noticia espléndida y alentadora: que estos serán los mejores seis meses de mi vida porque me dedicaré por entero a matar a esos cinco hijos de puta que hicieron todo lo posible para verme fracasar y que no lo consiguieron pero que no por eso merecen mi indulgencia o compasión. Esos cinco hijos de puta van a morir, tienen que morir. No he matado nunca a nadie (quiero decir, no he matado nunca a ninguna criatura humana), pero me ha llegado la hora de educarme en tan noble propósito y de hacer una última e inestimable contribución a la humanidad: limpiarla y purificarla de la presencia hedionda de esos cinco hijos de puta a los que mataré antes de morir.Por primera vez en mucho tiempo siento que mi vida tiene sentido.

Curiosamente, todo lo anterior (la puja feroz por el éxito, el combate contra los enemigos, las glorias fugaces, los amores perdidos) me parece ahora solo un entrenamiento para lo que me espera: medir sin testigos, ante mí mismo, las dimensiones exactas de la maldad que habita en mí y la hondura y la pureza del goce que sobreviene al ejercicio sistemático de la venganza.

Dicho de otro modo: no debería tener razones para vengarme de nadie porque nadie consiguió arrebatarme la sensación de éxito que todavía me envuelve y que los demás perciben como un hecho indudable, que soy un ganador y un gran hijo de puta, pero no teniendo razones para ejercer la venganza como mi última ambición, me sacude un ramalazo de placer parecido al éxtasis o al orgasmo cuando imagino las caras de mis enemigos, esos cinco hijos de puta, en el momento exacto de morir, que será el que yo elija.

Estos serán los mejores meses de mi vida y lo serán porque estarán animados por el afán de venganza y porque ese afán no estará exento de astucia, prudencia y valor. Solo moriré en paz, como un gran hijo de puta, como lo que soy, si confirmo ante mí mismo que poseo la inteligencia y los cojones de matar a esos cinco mequetrefes envidiosos que ahora pagarán por todas las insidias y ruindades que tramaron contra mí. No será, entonces, un crimen injusto: esos cinco indeseables se han ganado a pulso su propia muerte. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio. No seré yo quien le quite el cuerpo al toro. Arrojo torero nunca me ha faltado y espero que tampoco me falte cuando más lo necesite.Mi vida nunca tuvo mayor sentido, fue solo una suma de empeños vanidosos, pero ahora, de pronto, inesperadamente, tiene más sentido que nunca, y puedo advertir con una nitidez que me enceguece que todo lo que he vivido me ha preparado para este momento, el de exterminar a mis cinco peores enemigos, el de inaugurarme en el incomprendido oficio de homicida, el de confirmar si soy capaz de ser el gran hijo de puta que toda la vida he creído ser, que me he jactado de ser. Bien, ha llegado la hora de la verdad. Si soy ese gran hijo de puta que siempre se sale con la suya y cae parado y consigue humillar a sus más sañudos y venenosos adversarios, deberé demostrarlo ahora, en estos últimos meses de vida, matando con discreción, buen gusto y elegancia a esos cinco hijos de puta que ciertamente no merecen vivir, que ciertamente no merecen vivir cuando ya no viva yo.

Nunca tuvo más sentido mi vida que ahora que sé a quiénes debo matar. Que después me toque morir me parece un premio que no merezco.

Sinopsis:

El escritor Javier Garcés tiene los días contados. Ahora ya no le importa la curiosa combinación de éxito y mala fama que constituye su fortuna; solo desea convertir los seis meses que le quedan en los mejores de su vida. Para conseguirlo, su designio es claro: matar a sus peores enemigos. Así, con movimientos calculados, sabiendo que juega una partida sin marcha atrás, trama, uno por uno, cinco asesinatos.En El escritor sale a matar, primera entrega de la trilogía Morirás mañana, tras los sanguinarios pero también divertidos crímenes que planea su protagonista, se descubre esa instancia a menudo detestable que es la literatura, o más bien el sistema que la representa, con sus comentaristas, sus editores, sus autores y, pieza fundamental, sus lectores. Enredado entre el amor y el odio por ella, el escritor desea, ante todo, restituirle su simple, entrañable, condición de arte.

viernes, 19 de febrero de 2010

TE MATE POR AMOR. TE MATE PORQUE SI. (Ray Gosling)


quiero que me respondas con toda la sinceridad del mundo. díme si me amas a pesar que sabes que tengo todo esto. sí, te amo hasta mas allá del infinito. por ese amor que profesas tenerme. júrame ahora, por lo que mas quieras, que cuando llegue el inicio de todo mi sufrimiento. y ya no pueda ni estar sentado, y mucho menos ir al baño por mi propia cuanta. quiero que me dejes morir dignamente. cuando te des cuenta que ya no doy mas y la muerte se demora en llevarme con el. lo ultimo que quiero que hagas por mi, sera la prueba de amor más grande de tu vida. porque en esos días finales lo mas importante para mi sera morir y si no puedo morir deprisa quiero que tu me mates. la habitación quedo en silencio por varios segundos. por la ventana abierta, el aire frío de la madrugada se colaba en medio de los dos. se abrazaron extremadamente fuerte. queriendo evitar que llegue ese futuro desastroso. los dos eran consientes que es imposible frenar el proceso del SIDA.


el tiempo paso. y los amantes clandestinos a pesar de todo el amor que se tenían, no pudieron evitar el final y se vieron separados por la muerte.


"Quizás este sea el momento de revelar un secreto que he guardado durante mucho tiempo". Con estas palabras, Ray Gosling, de 70 años, comenzaba su confesión ante los atónitos espectadores que seguían un documental nocturno en la cadena inglesa."Una vez maté a alguien, era un chico joven, era mi pareja y tenía sida" y añadió: "En el hospital una calurosa tarde el médico me dijo 'no hay nada más que yo pueda hacer' y él tenía unos fuertes dolores. Entonces le dije al doctor que me dejara un momento a solas con él y se fue"."Entonces cogí una almohada y lo ahogué con ella hasta que estuvo muerto. El médico regresó y le dije 'se ha ido' y nadie me dijo nada más", concluyó el presentador su historia.

viernes, 15 de enero de 2010

LLORA POR LO QUE QUIERAS


SIMPLEMENTE LLORA . . .


Llora por lo que pudiste hacer

y no hiciste;


llora por tus pies que ya no te sirven;


llora por tus brazos que ya no abrazan;


llora por tu poder perdido;


llora por tu castidad esfumada;


llora por tu tiempo consumido en vanidades;


llora por tu amor frustrado;


llora por tu amor imposible;


llora por tu corazón pretrificado;


llora por tus ojos que ya no lloran;


lloras por lo que quieras.


pero nunca, nunca llores por tu libertad.


(ANÓNIMO)
(yo)

jueves, 31 de diciembre de 2009

YO AMO A MI HERMANO


Me aleje de mi un rato. Ocupe casi todo mi tiempo en pensar y actuar de la mejor manera, sin prejuicios, sin hipocresías, ni rencores. Cuesta ser una buena persona si no te nace del corazón. Este mes trate de hacer las cosas bien, porque es cansado ser el mismo, aburre hacer las mismas cosas siempre. El tiempo corre, se va, y con ello quedan atrás todas las cosas malas y las cosas buenas que pude realizar en este año.


Tuve muchas razones, en abundancia, para estar muy triste en este mes. Dos días antes de navidad terminamos con A4, por motivos del destino, se fue, así de simple, nos dejamos, porque yo no puedo estar con nadie, no por ahora, no sé hasta cuando, además las cosas de lejos casi nunca funcionan.

Mi mami una vez más lejos de casa, también por cosas del destino, adora estar con su pareja, yo la entiendo, si supiera que tengo una enfermedad casi terminal, de seguro que ahí sí, se quedaría siempre conmigo; pero no quiero ser malo, que sea feliz donde quiera, es su derecho.

Un día antes de la navidad nos robaron todo el dinero del mes, simplemente fue un mes para no contar.

Pero lo importante de todo esto es la experiencia y lo que pudimos aprender como personas, porque fortaleció a mi familia. Aunque no tuve una súper navidad, estuve completamente feliz, por el simple hecho de tener a las personas que más quiero cerca de mí, por estar con vida.


mas tarde inicia el nuevo año, tendremos nuevas historias que contar y nuevas experiencias que vivir, buenas o malas, eso depende únicamente de nosotros.


Yo, inicio el año con muchos sentimientos encontrados, estoy un poquito triste, porque mi hermano mayor, mi súper amigo, mi ángel, ayer se fue a vivir en otra ciudad, cuando regresará? No lo sabe y menos yo. Sabía que esto iba a suceder, pero no que iba a ser tan pronto, lo cierto es que las cosas están hechas, no hay marcha atrás, el se va a buscar un mejor futuro y yo me quedo a luchar por mi vida en esta ciudad. Lo voy extrañar un montón, el dice que existen diez oportunidades en la vida, uno llega a ti, y los nueve que restan nosotros tenemos que salir a buscarlos, están ahí, solo debemos encontrarlos. Por eso se fue, corrio en busca de sus oportunidades. Mi hermano es muy inteligente, es bueno, comprensivo, fuerte, decidido, espontaneo, difícil de tumbar, es todo lo que yo desearía ser. El simplemente es él. Por eso, yo amo a mi hermano.


Y estoy seguro, que aunque nos separen muchos kilómetros de distancia, estaremos siempre unidos, y el hecho de que vaya y se acostumbre a vivir en una ciudad extraña para el, siempre recordara las mejores épocas de su vida vividas acá en Iquitos. Donde están sus amigos, sus recuerdos y sobre todo, nosotros, su familia.


FELIZ AÑO !!!!! a todas las personas que se atreven a leerme. GRACIAS . . . !¡

martes, 1 de diciembre de 2009

HOY ES EL GRAN DÍA

NO DISCRIMINES





Positiva. Eres positiva, Lissette. Por eso tu vida la llevas de esta manera. Sonriendo, como aquella tarde en la plaza de armas bajo un radiante sol de otoño que no quiere irse. Positiva como eres, te ríes de la ignorancia que no entiende que los besos y caricias, no transmiten tu positivismo. Que así les invites un sorbo de tu vaso nada hará que sean como tú, Lissette. ¿Qué pena, no?


Tal vez si eso fuera posible, otros también se reirían cuando el sol los hace sudar. Eres tan positiva, Lissette, que no has dejado de soñar y pensar en los mañanas. Eres la misma de siempre. Esa niña chiquita que sueña con tener un hijo que le diga: “te quiero mamá”. Porque nada ha cambiado en ti, sigues pensando que todo es posible. Con ese positivismo es indudable que llegarás a tener una casita para abrigar a los tuyos.

Y quién sabe, mostrarás todos los dientes cuando el avión despegue rumbo a “las Europas” con un contrato en tu maleta. Todo es posible.


Por eso te volviste una activista que no teme esconder el rostro. ¿Por qué ibas a esconderte detrás de un pasamontañas si a tus 33 no tienes ni una sola arruga? No había razón. Ser positivo y tomar esas pastillitas de colores que llaman tratamiento antirretroviral no es una vergüenza. Vergüenza da discriminar. Tú sabes de eso. En los doce años que eres posita no todos te han sonreído como tú lo haces.

No todos saben de las lágrimas que derramaste en 1996 cuando tu ángel se fue al cielo. Y que el perdón que le diste a quien te dejó más que su huella te hizo un mejor ser humano.




Aprendiste también a cuidarte. Por eso ahora eres quien eres. Por eso ahora enseñas a otros que deben cuidarse hasta en su lecho de amor. O sea, encima que eres positiva también salvas vidas. Por eso me parece bien que te enamores. Me dijiste que era “negativo”, pero no importa. Importa lo que tiene por dentro. ¿Cómo no querer a un ser súper positivo?

domingo, 29 de noviembre de 2009

CUANDO ERA NIÑO . . .


Aunque no quieras ¡vive la vida! que para eso está, y si no te gusta ¡síguela viviendo! que ya llegará algo mejor.



Tenía siete años. Nos acabábamos de cambiar de casa. Fuimos a vivir cerca de la única posta de salud allá en ese pueblo. Todos los días para ir a comprar era necesario pasar por ahí. Como desde muy niño me atraía todo lo que tiene que ver con salud. Ya sea física o mental. Me parecía interesante poder entrar a la posta sin que nadie me viera. Pues tiene una vibra escalofriante que me llama mucho la atención.
Una mañana cuando pasaba cerca de la posta, escuché gritos horrorosos que a cualquier niño de esa edad asustaría tremendamente. Pero a mí no, en vez de temor me lleno de curiosidad. Así que a paso lento como un duendecito me acerqué hacia el cuarto de donde provenían los gritos. Al percatarme que no había nadie en la posta, ni un enfermero, ni el médico me asome más y más al cuarto. A medida que me iba acercando los gritos eran con más intensidad.
Cuando logré dar con la habitación me paré en la puerta y lo que ahí vi, fue una imagen que me marco de por vida. Quizás logre ver a mis cortos siete años mi propio porvenir.
Al costado del cuarto había una camilla con un agujero casi al centro. Ahí estaba un hombre echado desnudo y muy muy flaco, parecía un muerto viviente un esqueleto. En dirección del agujero había un balde en donde el pobre hombre defecaba y lo que botaba era imparable, no lo podía dominar así que el balde estaba lleno y sus eses se derramaban por el suelo. El intentaba gritar lo más fuerte posible, a pesar que los trabajadores de la posta lo escuchaban nadie quería acercarse a el, porque apestaba horrible, olía como a viseras en descomposición. Yo paralizado y seguro sin parpadear, estaba desconcertado, asustado, jamás vi algo así.
El hombre al percatarse de mi presencia, gira su cabeza hacia mi, pude ver sus ojos llorosos y muy salidos desorbitados; extendió sus manos y me dijo: “tu eres mi ángel? Estas viniendo por mi? Ya no aguanto más. . .! ya llévame . . .!”
No sabia que hacer. Cuando estaba a punto de gritar por la impresión. Siento unas manos que me cogen por la espalda. Era un enfermero que me había tomado en sus brazos. Para ese entonces yo ya estaba llorando.
El enfermero me llevo a mi casa y le cuento todo a mi mami. Pero yo no paraba de llorar. Me había asustado mucho que esa noche no pude dormir.

Al día siguiente. Ya un poquito calmado. Me atreví a preguntar a mamá acerca del hombre que vi. Porqué esta tan flaco? Que enfermedad tienen?
Mi mami tan moderna sin ningún remordimiento me dijo a secas: tiene SIDA.
No pregunte que significaba eso. Pero en mi inocencia presentía que se trataba de una enfermedad muy mala.
El hombre murió y fue velado por unos cuantos borrachos en una chocita aislado del pueblo. Me consta, porque le pedí a mi mami que me lleve a verle.
Era triste. Mami sin conocerle al hombre se quebró en llanto y yo con ella. Lloramos juntos de pura pena y lástima.
Es por eso que me limito por ahora a contarle mi situación a la mujer que me alumbro y que espera mucho de mí.
Debe ser la peor noticia que un hijo nos pueda dar.

C D 4

  La primera vez que le presté importancia a las células CD4, fue a los 17 años cuando me diagnosticaron el VIH. Desde entonces y hasta...